VIVIR
Miembro vivo de la Iglesia, si quieres llenarte de vida y comunicarla, si tienes en tus entrañas sed de almas que te lleve a misiones, si quieres llegar a todas partes, si necesitas no encontrar límites, si quieres vivir la vida de Dios, del Verbo Encarnado, de María y de la Iglesia, ejerce tu sacerdocio «entre el vestíbulo y el altar», llenando en ti, y, a través tuya, en las almas que te están encomendadas, esas exigencias de vida que el Amor, al crearnos, ha impreso en nosotros.